Como sabéis estamos realizando un juego para iPhone, llamado «Monkey Tunes» y estamos pensando en como mejorar el juego en cuestión de jugabilidad, adicción y monetizar. Bueno tras un estudio exhaustivo nos hemos dado cuenta las múltiples formas de hacer negocio de los juegos más populares de la app store y creo que es bueno que compartamos esto para los que también estáis iniciandos en este mercado.
En primer lugar hablaros del más conocido de todos:
Juego adictivo, con muchísimas pantallas, por el que pagas 0,79 €. En España la gente tiene miedo de comprar juegos, no sé porque, por menos de un euro tienes un juego para toda la vida y con el que puedes jugar muchos años, pero bueno, la mentalidad cambiará con el años.
Además de tener muchísimas pantallas, hay algunas que por su complejidad, son muy difíciles de superar. Los creadores del juego te ofrecen comprar por 0,79 € más, «The Mighty Eagle«, vamos el megapájaro que lo destruye todo.
Resumiendo y hablando de jugabilidad tienes que conseguir lo siguiente:
1. Acabar todas las pantallas.
2. Acabarlas con 3 estrellas.
3. Conseguir el mayor número de puntos.
4. Conseguir con «The Mighty Eagle» el 100 % de destrucción.
Por 1,58 € tienes un juego casi infinito de partidas y pantallas.
Otro de los aspectos de la jugabilidad es que el juego tenga adaptación al «Game Center«. «Game Center» es una especie de red social donde compites contra «el mundo» y como no, contra tus mejores amigos, lo que hace una adicción segura a la hora de jugar.
Bueno pues el Angry Birds está completamente adaptado al Game Center, por lo que, cada día puedes ver tus avances y mejoras respecto a tus amigos.
Resumiendo, estos son los puntos fuertes del negocio del Angry Birds:
1. Juego adictivo, si le añades una plataforma como el Game Center, donde poder competir con amigos
2. Buen precio, no es caro.
3. Buena jugabilidad, no es complicado.
4. Buenos gráficos, no se necesita más para un smartphone.
Espero que os guste este post y en el próximo os hablaré del modelo de negocio del «Mega Jump«.
